En su colegio nos esperaban los compañeros de curso y la “miss”, en círculo frente
a un sol con doce rayos luminosos por cada mes del año y una vela encendida frente
al rayo correspondiente a Mayo.
Los
papás, el hermano menor y la abuela presenciamos a mi chico gateando,
caminando, saltando, corriendo,
alrededor del astro luminoso. Mientras se encendían una a una, las seis
llamas de su corta vida recordábamos sus primeras palabras, sus gustos, sus
historias pasadas. Una maravillosa forma de entender el paso del tiempo.
Recordaba
cómo hace unos días celebramos la caída de su primer diente de leche y la
espera de la visita del Ratón Pérez, la
emoción porque esa pequeña figurita quizá podría venir cargada de una enorme
caja de “Lego” con el castillo de los caza-fantasmas. ¿Cómo
podría hacerlo sin ser aplastado? Fue la lógica que aplicó para entender
que en vez del pesado castillo le dejó unos livianos billetes de color verde que
entraron a engrosar el tesoro de una
billetera mezclados con laminitas de Panini y billeticos de jugar monopolio.
Por
esos días habíamos estado hablando de la
importancia de cumplir seis años, y no sé si en mi actual “papel” de abuela o recordando
mi infancia de niña educada por monjas, le hablé de la edad del “uso de
razón”. ´Para él, fue algo tan importante como tener la licencia para conducir
o aumentar el tiempo permitido para jugar con la Tablet. _ ¡Mami, recuerda que YA
tengo “uso de razón”! Y es que mi hermanito no entiende, papi, no tiene "uso de razón"...
“Las cosas más bellas las inspira la locura y las ejecuta la razón” André Gide.
Es una preciosa reflexión, María Eugenia, cargada de cariño y de sentido común. Yo siento lo mismo: cuantas más vueltas al sol doy, más quiero que se apodere de mi la "buena" locura y que se aleje de mí la edad de la razón.
ResponderEliminarMuchos cariños!
Fer
Así es, Fer, a veces hay que dejar que la locura calle a la razón. Gracias por tu comentario. Besos
ResponderEliminarMuy bonita tu reflexión y ea anécdota de tu nieto.
ResponderEliminarCierto que a veces la razón atenaza tanto que mejor escaparse un poco de tanta "razonabilidad!.
Un saludo
Hola, Conxita, gracias por pasar por aquí leer ycomentar. Estamos de acuerdo buena es la razón pero no en exceso. Cariños
EliminarBella historia! La razón puede ser una buena herramienta si no somos esclavos de ella, buena la locura que nos hace volar, hay emociones y cosas que la razón no entiende pues van más allá de ella.. Un saludo.
ResponderEliminarGracias por tus comentario, y tienes toda la razón. A veces solo la locura es la respuesta lógica a lo que la razón no explica. Saludos afectuosos
Eliminar¡Qué bueno, María! Mañana mismo se lo aplico a mi hija: ya tienes "uso de razón" le diré muy seria. Jajaja.
ResponderEliminarTanta prisa por hacerse mayores..., y sin embargo, estos años de la infancia son tan cortos, pasan tan rápido... Deberíamos dejarles ser niños mientras es el momento de ser niños y exigirles comportarse como adultos también cuando llegue la hora, pero no sé que pasa en esta sociedad nuestra que hacemos mayores a los niños y, en cambio, la adolescencia dura hasta los cuarenta por lo menos. Todo al revés.
Así es, Milano, educamos niños para que sean adultos y nos rodean cuarentones buscando parecer "lolitos" Paradojas de esta época. Gracias por leer y comentar. Cariños
EliminarEse ansia por tener "uso de razón" cuando se es pequeño y esas ganas de perderlo cuando se es más mayor me ha recordado que cuando somos jóvenes queremos ser más mayores porque creemos que nos estamos perdiendo algo importante, y resulta que cuando se llega a esa edad más madura la cosa no es para tanto y queremos volver a ser jóvenes.
ResponderEliminarLos humanos somos una paradoja constante.
Preciosa reflexión.
Un beso.
Así es, Kirke, los seres humanos somos paradójicos. Quizá lo mejor sea no tomarnos la vida tan en serio. Siempre es buena una cucharada de razón con unas pildoritas de locura. Cariños y me agrada tenerte por aquí
ResponderEliminarBonita crónica: que hermosos momentos nos hacen pasar los nietos verdad? me sumo a los que se apuntan a una buena dosis de locura -"tan necesaria"- o quizás de inocencia "la que se quedó por el camino" Un abrazo
ResponderEliminarBonita crónica: que hermosos momentos nos hacen pasar los nietos verdad? me sumo a los que se apuntan a una buena dosis de locura -"tan necesaria"- o quizás de inocencia "la que se quedó por el camino" Un abrazo
ResponderEliminarGracias, Elena, porleer y comentar. Los nietos nos hacen vivir una nueva juventud y nos recuerdan que la vida es un juego entre la ilusión y la realidad. Cariños
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