viernes, 2 de marzo de 2018

A PESAR DE TODO



fotografía de Germán Nieto.


A pesar de tu ruido, el canto de los pájaros no ha sido silenciado, ni la luz ha dejado de brillar aunque lo intentan nubes de hilachas grises.

A pesar de tu mortal presencia el instante final no ha llegado
y  las risas brotan espontáneas  y vivas. 
Verde y azul limpian la suciedad 

Todavía pienso si el pintalabios  combina con el color de mi blusa,
disfruto el aroma del jabón de baño,
y el olor a huevos pericos abre mi apetito.

Mientras tanto…
me quedan muchas palabras para decir,
muchas caricias para dar, 
y muchos sueños que jugar.

En este drama tu papel es secundario. 

mariaÉ nieto 

miércoles, 31 de enero de 2018

MAMA- LUNA




fotografía de Jean Pierre Moreno


¿Qué poder mágico tiene la luna que a pesar de explicaciones científicas y  visitas exploratorias continúa  siendo amiga, consejera y cómplice de poetas, niños y locos?  Anoche,  mi pequeño nieto descubrió el inmenso foco encendido en la pantalla turquí del cielo cartagenero. Un dedo gordito buscaba  a derecha e izquierda  mientras el auto bordeaba la avenida Santander de regreso a casa. ¡Ahí está, ahí está!
La luna, en especial una como la de anoche, no deja de seducirme y envolverme  en un halo de maternal grandeza. Desde el balcón, el pequeño y yo repetimos el ritual que en otro tiempo y con otra luna, mamá me enseñó.  “Luna, dame pan que tus hijos no me dan”.   De niña pensaba que aunque no tenía hambre,  era una forma de dar comida a quien la tuviera. Y en gran parte de mi imaginario lunar escucho la voz de mi madre cantando boleros.

“Luna que se quiebra sobre la tiniebla de mi soledad, a dónde vas dime si esta noche  tú te vas de ronda como ella se fue, con quien está.”  


Mamá y la luna tenían un vínculo muy grande, quizá por eso casi todos los boleros que cantaba tenían una luna escondida o a la que se le han perdido los aretes y que los había guardado para hacerme un collar. 


 Esa luna con aretes me encantaba,  pensaba que era la novia  de un pirata que quería atacar la ciudad.
El embrujo continuó y unos años después, bajo otro cielo tapado de smog  mi hermano y yo, una noche de copas le pedimos a la vieja luna chilanga que asomara su sonrisa blanca. Era la forma de sentirnos en casa.

“Quiero escaparme con la vieja luna en el momento en que la noche muere… 


La luna de Luis Carlos López,  el tuerto, el poeta de la sátira,  el cartagenero  que con ácido humor observó a las dos Cartagenas, la Heroica y la Vacua.  El poeta sirvió luna apetitosa como el mamey,  a la que le ladran los perros,  cantan los borrachos. La luna chismosa que escucha las majaderías de la gente y  es testigo de la corrupción de los políticos.

Foto de archivo de El Universal


HORA ROMÁNTICA   Luis Carlos López
La luna parpadea
tras el calado del ramaje. Hay una
tranquilidad insípida de aldea.
Y a la luz de la luna,

mientras duerme el poblacho
y alarga un perro por las cercanías
su medroso plañir, canta un borracho
majaderías y majaderías...

Ahora sigo los consejos de Jaime Sabines y  me tomo la luna a cucharadas,  doy una rebanada de luna a mis nietos para que la guarden en sus bolsillos y  perfumo de luna  mi almohada para no olvidar mis sueños.

  

En esta noche de superluna, junto a mis nietos después de decir hacia el cielo ¡Hasta mañana, Luna!  Las abuelas y los nietos cantamos, esperando que otros abuelos y otros nietos la encuentren en García Lorca o en las canciones de Mercedes Sosa o en la Tonada de la Luna LLena:

...  La luna me está mirando yo no sé porque será, pues tengo la ropa limpia… 


¡LUNA, DANOS PAN QUE TUS HIJOS NO NOS DAN!


MaríaÉ  Nieto 

viernes, 12 de enero de 2018

¡ A tu salud!





Me regalaste la luna y la eché en un cofre de cristal.
Mis lágrimas la diluyeron al marcharte.
Me bebí las burbujas y
Descubrí el mejor remedio contra tu ausencia.

MariaÉ Nieto
 

domingo, 7 de enero de 2018

LA ABUELA ROSQUERA



Se dice que los abuelos queremos más a los nietos que a los hijos, pero la verdad es que en los nietos queremos a los hijos a la N potencia. 

Se acerca el 6 de enero y me he levantado con el deseo apremiante  de renovar y empezar con mucho “power” el último reto del 2017. La rosca de reyes.  Deliciosa costumbre que reune a la familia, corona un rey y nombra al vasallo que lava la pila de platos que quedan en la cocina después de la faena- roscón.




Este es un verdadero reto para mí, pues una vez que intenté hacer el sabroso pan de reyes con la receta de Laura Esquivel en “Como agua para chocolate”, me resultó una fusión entre galleta y fruit cake. Confieso que en aquella ocasión no habían nacido mis nietos y la ilusión de regalarles un esponjoso trozo de pan dulce con turrón y frutas confitadas no me estimulaba.

Ahora, me he asesorado por los consejos que encontré en la red y me decidí por la receta de chucheman. Me gustó el nombre y además el sugestivo título: “Rosca de reyes casera y bien fácil”.

Empecé juiciosamente pesando cada uno de los ingredientes ligando los polvos y dándole a la blanca harina un trago de levadura. Con suaves caricias en “crescendo” en puntas de dedos, formé la masa. Imaginé que era una bailarina sobre una alfombra de algodón. Después la pellizqué, la cacheteé y la azoté con fuerza; como un karateca y terminé estirándola, estriráaaandola, mientras pensaba en la bonita costumbre de esperar los regalos de los Reyes Magos y en mi infancia cuando hacía pasteles de barro con mis hermanos.

Después de engrosarle el ego a la masa con palabras dulces,  la dejé crecer y crecer,  la arropé bien para que no se “resfriara” y la dejé descansar dos horas. Al cabo del tiempo, lista para la fiesta. La vestí de colores, blanco, verde y rojo y ¡A la playa!  a 280° .Durante 30 minutos su figura rotunda de “O” se doró; las señales olfativas de las gotas de azahar, el azúcar y las frutas invadieron los rincones de la casa.



Mientras, me limpiaba las manos, calientes de tanto amasar, sentí la suave cola de Tito que me acariciaba y ronroneaba a mi lado. En el fregadero, la torre de platos, envases, cucharas y cucharitas sucios me hacían un guiño. El timbre anunciaba la llegada de mi gente, la mesa lista y ¡Fuera delantal! la rosca salía triunfal. La voz de mi nieto. _ ¡Abuela, ésta es una rosca gourmet!  Y aunque no hubo sorpresa para el rey ni para el vasallo, las caras de mis nietos me regalaron la satisfacción de verlos comer y repetir.


Gracias, Chucheman, por el tutorial de youtube. Gracias a la vida que me permite regalarles a mis nietos algo para sus recuerdos. ¡Feliz día de reyes!.







MariaÉ  Nieto

miércoles, 3 de enero de 2018

Práctica de Supervivencia










_! ¡Ajá! ¿y quién es esa Sra. Clementina?

-Una Sra. que vivió 100 años.

_ ¿Vegetariana, yogui, abstemia …?

__ No ¡Nunca se metía en la vida de nadie!.


__ Ah! Entonces yo no voy a vivir ná.

MariaÉ Nieto

domingo, 31 de diciembre de 2017

¿Qué es un año viejo?


¿Qué es un año viejo?





Una libreta de 8.760 minutos vividos a veces intensamente y otras con la total indiferencia del tedio, pero una vez llegados al final irrepetibles, aunque en momentos como éste los sometamos al recuento de los días. Mi año viejo está hecho de páginas de colores, sabores, texturas y sonidos diversos. La risa de mis nietos y el canto de las mariamulatas. El dulce sabor de un té con pan tostado o lo desagradable y metálico de algunos medicamentos. La cálida presencia de hermanos y amigos y mi imagen frente al espejo unas veces sonriente y otras triste. 
 
Lo importante es que ahora sé que no duraron más que lo que son y que, aunque hubiera deseado que le ganaran a Ussain Bolt en velocidad, tardaron lo que debían. No pude evitar ralentizar los procesos. Las descargas se demoraron lo necesario.

Por eso hoy, domingo y último día del año se llena de gratitud por los instantes de sabor y sinsabor, amor y desamor, razón y sinrazón. Que me acompañaron y que permanecen en mi recuerdo o que arrojo a la basura porque son páginas que sirvieron de borrador, pero no se pueden corregir.

En mi corazón siempre estarán los rostros de mis seres queridos, amigos los que me acompañaron en los instantes de crecimiento. Para ellos las notas de Los Beatles “ With a litle help from my Friends”

https://www.youtube.com/watch?v=bK9gkAAJxvQ

 Las palabras de algunos autores como Padura, Chimamanda Ngozi, Jean Shinoda Bolen “Busco y me busco en la Literatura que es a la vez un viaje infinito hacia mi propia identidad”. Néstor Belda. Sus voces me acompañan junto a los consejos alimenticios de Terapia Gerson o Dr. David Servan Schreiber. Las imágenes alucinantes de Tyron Lannister y Jon Snow convertidas en parte de mis sueños. Y el anhelo de que no tarde tanto la siguiente temporada de Game of Trones. 

Después de un año de silencio regreso a mi abandonado blog de Ocurrencias a escribir el cierre de mi libreta 2017 “consciente de la brevedad de la vida y de lo valiosos que son los buenos momentos. Las crisis nos vinculan a los demás y al sufrimiento que si no nos mata nos hace más fuertes.” Jean Shinoda Bolen. En una cajita, me espera el 2017 que diseñó mi hermana. A las doce de la noche desaparecerá agotado bajo el fuego y mis nietos y yo arrojaremos sus cenizas a las bugambilias del jardín.

Inmensas gracias al Señor quien me ha creado.


María Eugenia Nieto

https://www.youtube.com/watch?v=bK9gkAAJxvQ



miércoles, 25 de mayo de 2016

UNA SEÑORA LLAMADA ROSARIO





Hoy, 25 de mayo estarías cumpliendo años, Rosario. Me pregunto qué sentirías al  conocer que tu voz sigue siendo la voz de la mujer del nuevo milenio. Por eso, quiero recordar tus palabras que las siento nuestras pues interpretan lo que sentimos pero claro, tú lo dices con una belleza que no todas podemos lograr.

“Al llegar a la casa cogí un lápiz y con mi letra inhábil, tosca, escribí el nombre de Mario en las paredes del corredor. Mario, en los ladrillos del jardín. Mario, en las páginas de mis cuadernos. Para que si Dios venía alguna vez a buscarlo creyera que estaba todavía aquí.” Rosario Castellanos “Primera revelación”

Revelación
Lo supe de repente:
hay otro.
Y desde entonces duermo solo a medias
y ya casi no como.

No es posible vivir
con ese rostro
que es el mío verdadero
y que aún no conozco.
Rosario Castellanos.

Has comprendido todo el sufrimiento, ante la aridez de un matrimonio infeliz…

Elegía
Nunca, como a tu lado, fui de piedra.
Y yo que me soñaba nube, agua,
aire sobre la hoja,
fuego de mil cambiantes llamaradas,
sólo supe yacer,
pesar, que es lo que sabe hacer la piedra
alrededor del cuello del ahogado.

Aún recuerdo caminar por las calles de tu bella Comitán y acercarme a comer dulces al parque, buscando descubrir tu tierra a través de tus palabras.

Estoy aquí, sentada, con todas mis palabras...

Estoy aquí, sentada, con todas mis palabras
como con una cesta de fruta verde, intactas.

Los fragmentos
de mil dioses antiguos derribados
se buscan por mi sangre, se aprisionan, queriendo
recomponer su estatua.
De las bocas destruidas
quiere subir hasta mi boca un canto,
un olor de resinas quemadas, algún gesto
de misteriosa roca trabajada.
Pero soy el olvido, la traición,
el caracol que no guardó del mar
ni el eco de la más pequeña ola.
Y no miro los templos sumergidos;
sólo miro los árboles que encima de las ruinas
mueven su vasta sombra, muerden con dientes ácidos
el viento cuando pasa.
Y los signos se cierran bajo mis ojos como
la flor bajo los dedos torpísimos de un ciego.
Pero yo sé: detrás
de mi cuerpo otro cuerpo se agazapa,
y alrededor de mí muchas respiraciones
cruzan furtivamente
como los animales nocturnos en la selva.
Yo sé, en algún lugar,
lo mismo
que en el desierto cactus,
un constelado corazón de espinas
está aguardando un hombre como el cactus la lluvia.
Pero yo no conozco más que ciertas palabras
en el idioma o lápida
bajo el que sepultaron vivo a mi antepasado.

Rosario, tú la fea, triste y sola que escribió estas líneas que no puedo olvidar.


Autorretrato

Yo soy una señora: tratamiento
arduo de conseguir, en mi caso, y más útil
para alternar con los demás que un título
extendido a mi nombre en cualquier academia. 
Así, pues, luzco mi trofeo y repito:
yo soy una señora. Gorda o flaca
según las posiciones de los astros,
los ciclos glandulares
y otros fenómenos que no comprendo.
Rubia, si elijo una peluca rubia.
O morena, según la alternativa.
(En realidad, mi pelo encanece, encanece.) 

Soy más o menos fea. Eso depende mucho
de la mano que aplica el maquillaje.
Mi apariencia ha cambiado a lo largo del tiempo
—aunque no tanto como dice Weininger
que cambia la apariencia del genio—. Soy mediocre.
Lo cual, por una parte, me exime de enemigos
y, por la otra, me da la devoción
de algún admirador y la amistad
de esos hombres que hablan por teléfono
y envían largas cartas de felicitación, 
que beben lentamente whisky sobre las rocas
y charlan de política y de literatura.
Amigas...hmmm... a veces, raras veces
y en muy pequeñas dosis.
En general, rehuyo los espejos.
Me dirían lo de siempre: que me visto muy mal
y que hago el ridículo
cuando pretendo coquetear con alguien.
Soy madre de Gabriel: ya usted sabe, ese niño
que un día se erigirá en juez inapelable
y que acaso, además, ejerza de verdugo.
Mientras tanto lo amo.
Escribo. Este poema. Y otros. Y otros.
Hablo desde una cátedra.
Colaboro en revistas de mi especialidad
y un día a la semana público en un periódico.
Vivo enfrente del Bosque. Pero casi
nunca vuelvo los ojos para mirarlo. Y nunca
atravieso la calle que me separa de él
y paseo y respiro y acaricio
la corteza rugosa de los árboles.
Sé que es obligatorio escuchar música
pero la eludo con frecuencia. Sé
que es bueno ver pintura
pero no voy jamás a las exposiciones
ni al estreno teatral ni al cine-club.
Prefiero estar aquí, como ahora, leyendo
y, si apago la luz, pensando un rato
en musarañas y otros menesteres. 

Sufro más bien por hábito, por herencia, por no
diferenciarme más de mis congéneres
que por causas concretas.
Sería feliz si yo supiera cómo.
Es decir, si me hubieran enseñado los gestos,
los parlamentos, las decoraciones.
En cambio me enseñaron a llorar. Pero el llanto
es en mí un mecanismo descompuesto
y no lloro en la cámara mortuoria
ni en la ocasión sublime ni frente a la catástrofe.
Lloro cuando se quema el arroz o cuando pierdo
el último recibo del impuesto predial.

Has gritado a los cuatro vientos y de manera sincera el sufrimiento escondido detrás del maquillaje de la super- mujer, señora, madre, esposa y profesional.

 “la mujer ha sido más que un fenómeno de la naturaleza, más que un componente de la sociedad, más que una criatura humana, un mito” Rosario Castellanos


Desde mi presente te recuerdo y te doy las gracias por haber existido.